Danza Si Puedes - Un Diccionario De Batallas Escocesas - Malcolm Archibald
Traducido por Cecilia Piccinini
Danza Si Puedes - Un Diccionario De Batallas Escocesas - Malcolm Archibald
Extracto del libro
Los soldados escoceses han atraído respeto, desprecio, admiración, vilipendio y algunas veces miedo, pero quizás sobre todo la mayoría fue fascinación. Cada enemigo que encontraron pareció comentar sobre el atuendo, actitudes y métodos de lucha de los hombres del norte.
Cuando Julius Agrícola marchó con sus Romanos hacia Caledonia en los comienzos de los 80, su biógrafo, Tacitus escribió diciendo comentarios sobre los miembros de la tribu que conoció. Los comentarios iniciales fueron apenas caritativos, Tacitus calificó a los Caledonios como “una manada de cobardes sin espíritu” pero su práctica de guerra de guerrillas puso a prueba el temple incluso del ejército profesional de Roma.
A diferencia de los Celtas del sur, antes que los Caledonios enfrentaran a Agrícola en batalla campal, ellos mandaron a sus mujeres y niños a un sitio seguro. Cuando se unió a la batalla, Tacitus ya no programaba a su oponente.
Los británicos no querían habilidad ni resolución. Con sus largas espadas y las de empuñadura de cesta, lograban eludir las pesadas armas de los Romanos, y al mismo tiempo descargar una gruesa volea propia.
Los Caledonios usaron el carruaje, que es un anacronismo en otra parte, pero fueron derrotados por las tácticas superiores de Roma. Sin embargo, incluso en retirada ellos tuvieron momentos de coraje y dieron pruebas de virtud y de coraje desesperado. Huyeron al bosque, y reuniendo a sus números dispersos, rodeados por los Romanos perseguidos con demasiado entusiasmo.’
Otros invasores se encontraron con tácticas similares: los escoceses demostraron ser expertos en la salvaje incursión nocturna, la batalla, la retirada y la emboscada en montes o colinas. Calgacus, quien comandó a los Caledonios, casi podría haber escrito las Reglas de Compromiso para futuras guerras escocesas.
Si uno acepta que los Pictos fueron un pueblo Celta, y eso no es seguro, entonces su forma de vida sería equivalente con otras sociedades a través de las Islas Británicas. En el ápice de la vida Celta fue una aristocracia guerrera cuyas hazañas fueron recordadas amorosamente por los bardos. Desafortunadamente no quedan escritos bardos de ninguna de las naciones Pictos, sino que dejaron una de las mejores piedras talladas en Europa. Una piedra tallada en Aberlemmo, cerca de Forfar, Puede referirse a la batalla de Dunnichen en 685, cuando los Pictos rechazaron a los Northumbrianos. La piedra representa una batalla entre dos grupos distintos de guerreros, unos con casco y otros sin él,
Hay varias escenas, pero las tácticas pictas parecen claras. Cuando enfrentan a la caballería, la infantería parecía luchar en tres rangos disciplinados. El rango del frente tendía un escudo defensivo, con la espada lista para las represalias, el segundo empujaba su lanza hacia adelante para cubrir a los hombres de la primera fila y el tercero aguardaba en reserva. En efecto, era una formación cerrada llamada Schiltron, la misma táctica que usó Wallace en Falkir, y no muy distinta de las cuadrículas de Waterloo o Ulundi, donde los escoceses también lucharon.
El enemigo llevaba espadas y lanzas, con escudos redondos y cascos del tipo que usaban los Northumbrianos. Los hombres a caballo usaban las lanzas para lanzar, no armado como lanceros, y el nivel de la equitación de los Pictos debe haber sido alto para controlar sus caballos en una batalla cerrada. Armas y tácticas de la Edad Obscura parece haber sido similar en toda Escocia. Las piedras talladas de Orkney revelan hombres con lanzas no mucho más altas que ellos mismos, mientras sus escudos eran pequeños y cuadrados, con el del jefe como el más adornado.
Otras evidencias vienen del verso. The Gododdin que es una elegía bárdica que puede referirse a la batalla de Cattaeth, a pesar que hay una fuerte posibilidad que algunos de los versos fueran etiquetados en una fecha posterior. La historia es de una gloriosa derrota, y naturalmente los guerreros fueron héroes. Los versos hablan de hombres con nombres como Hyfeidd el Alto, Caradawg y Gwawrddur; el Gododdin es acerca de una banda de guerra británica, el “séquito de Mynyddawg” que luchó contra los invasores anglicanos alrededor de los 600 DC. Vinieron del sur de la tierra de los Pictos y fueron descriptos como “una fuerza con corceles y armaduras y escudos azules, jabalinas en alto y lanzas entusiastas y brillantes cotas de malla y espadas.”
Hay ecos de Arthur en las palabras, derrota inevitable contra probabilidades insufribles, una tragedia homeriana promulgada en las tierras húmedas de Britania.
Al oeste de las tierras bajas británicas estaban los escoceses dalriadicos y si ellos pelearon como sus sangrientos hermanos de Irlanda, entonces usaron escudo y espada, la lanza larga conocida como sleg y la corta bir y foga..en los primeros días cuando Roma era el enemigo, los héroes montaban carruajes para batallar y luchar por el honor y el ganado, Se gloriaban en combate singular y mostraban las cabezas de sus víctimas, pero en lugar de una cota de malla ellos luchaban con armaduras de lino o incluso sin protección alguna.
Hay un trabajo del siglo X conocido como Senchus Fer nAlban, la Historia de los Escoceses, que incluye un estudio militar de Dalriada. Este texto revela que el reino fue dividido en tres sub-reinos, con una fuerza combatiente combinada de alrededor de 2.100 hombres. Como una isla y una nación costera, no es sorprendente que se esperara que los guerreros tomaran su lugar en los remos de los barcos además de luchando en la tierra.
Tales fueron los guerreros de la Edad Oscura. En el siglo VIII los Nórdicos rugieron al sur, con grandes hachas, largas espadas y cotas de malla. Donde otras naciones cayeron ante la amenaza Vikinga, as bandas guerreras de las naciones de Albán contraatacaron y en las Tierras Altas al menos, los hombres adoptaron muchas de las tácticas de batalla de los Nórdicos.
En la batalla de Bruanburh, los escoceses lucharon con un estilo similar a sus aliados nórdicos. Ellos lucharon de a pie, detrás de una pared de escudos. Esto se convirtió en una tradición escocesa cabalgar hasta la batalla, pero desmontar antes de empezar a luchar.
Medieval y Renacentista
Para el siglo XII la imagen es clara, ya que los guerreros escoceses enfrentaron a oponentes más letrados. El inglés-Normando afectado poco respetado por los nativos escoceses como la expedición del Rey David de 1126 combinó a los galeses con los hombres de Lothian, Normandos con Celtas. Mientras los lords Normandos se acurrucaban alrededor del rey, seguros en armaduras grises y escudos en forma de cometa, los galeses lucharon desnudos, o casi, con escudos y espadas de cuero, mientras que los hombres de las tierras bajas tenían el escudo más pequeño y la lanza más larga que fue el arma principal de Escocia durante siglos. Cuando se acercaban, los lanceros escoceses eran feroces oponentes, pero los ingleses respondían con el arco largo que mataba a cien pasos.
En este período el anfitrión escoses estaba formado por todos los hombres en forma entre los dieciséis y los sesenta. Cuando el Rey comandaba, ellos eran obligados a servir por cuarenta días, sin pago. El conde de mar local, luego conocido como un conde, llevaba a los hombres de su área, y en las Tierra Altas, el estatus de jefes de clan dependía del número de hombres en su cola de combate. Este método aseguraba que el rey tenía el máximo de mano de obra con el mínimo gasto, pero esto también hizo un ejército no entrenado y de corto plazo. Como sus antecesores de la Edad Oscura, la mayoría de los escoceses peleaban a pie, y no fue hasta los estatutos de Robert I en 1318 que hubo algún intento oficial de proveer alguna protección del granizo asesino de los arqueros ingleses. Aun el abrigo acolchado o la cota de malla de los ricos era poca defensa, mientras que los pobres que valían menos de 10 libras, solo podían refugiarse detrás de su coraje.
Reserva para una corta guerra con Noruega, una rebelión en Moray y una invasión a Man, los caballeros escoceses tuvieron una pequeña oportunidad de mostrar sus proezas militares. Ellos se estancaron en una Escocia relativamente pacífica. Los caballeros retuvieron la apariencia de habilidades marciales, pero cuando Edward de Inglaterra montó un desafío, todo lo que ellos conocían era la carga convencional de caballería, que fracasó ante la experiencia y astucia de los veteranos comandantes ingleses. Wallace y Andrew Moray usaron el poder del pueblo, pero fue el Rey Robert I quien retornó a las viejas tácticas Celtas de pegar y correr y emboscada. Su teniente James of Douglas, se convirtió en el luchador de comando por excelencia, y generaciones de Borderers siguieron su liderazgo.
A finales de la Edad Media hubo un grado de profesionalismo sobre el núcleo del ejército Real, con artilleros de tiempo completo y quizá un numero de ballesteros en los castillos reales. En 1429 el Rey James I ordenó a los escoceses aprender arquería, presumiblemente con la esperanza que pudieran golpear al inglés en su propio juego. Los escoceses probablemente apoyaron la idea, pero reteniendo sus armas tradicionales. En el evento, la idea del rey sonó como fuera de moda, para el siglo XV no habría más matanzas rituales de ejércitos escoceses por arqueros galeses e ingleses.
Cada lugar de Escocia tendría un wappenshaw, literalmente, “una muestra de armas”, donde en teoría cada hombre sería chequeado en su estado de preparación y mantenimiento para la guerra. El arma primaria de la infantería en la Tierras Bajas seguías siendo la lanza, algunas veces denominadas pica, y aquellos que podían pagar llevaban una espada. Los lanceros escoceses, sin embargo, no debían ser despreciados. Ellos lucharon hombro con hombro en un erizo compacto conocido como schiltron que podía avanzar contra un enemigo horrorizado o repeler la carga de la caballería blindada. Si un número suficiente de lanceros podía alcanzar al enemigo, ellos eran duros de batir.
Mientras la clase noble proveía la caballería pesada, los Borders producían un gran número de jinetes ligeros, conocidos como prickers. Estos hombres fueron invaluables para la exploración, para la guerra irregular y los rápidos raides de pega-y-corre que era la especialidad de los Border. Tanto William Wallace como el Rey Robert I usaron los arqueros de Ettrick, mientras parte de las Tierras Altas también mandaron arqueros, tal como el contingente de Argyil para la batalla de Pinkie.
Los guerreros de las Tierras Altas y Bajas evolucionaron de forma diferente, probablemente debido a sus distintos trasfondos culturales. Escribiendo en 1420, Andrew Wyntoun describe a los combatientes de las Tierras Altas en la batalla de North Inch como luchando con “arco y hacha, cuchillo y espada”. El arco fue un arma importante en el norte. En 1521 John Major dijo que los Highlanders:
Siempre llevaban un arco y flechas, una espada muy ancha con una pequeña alabarda, una gran daga, afilada en un solo lado, debajo del cinturón. En tiempo de guerra ellos cubrían su cuerpo entero con una camisa de malla o de anillos de hierro, y luchaban en eso.
Major se refería obviamente a las altas clases de la sociedad de Highland, para lo que agrega que:
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